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Aunque uno de los paisajes más reconocibles de Gran Canaria es el paisaje espectacular de las dunas de Maspalomas, ese espacio natural desértico contrasta con otras zonas del norte de la isla. En concreto la costa del municipio de Santa María de Guía en la que la costa rocosa y el mar bravo dibujan el horizonte.

Y si hay paisajes que parecen creados para el disfrute de los turistas, hay otros como las Piscinas de Roque Prieto en los que el visitante descubre al primer vistazo que es dominio exclusivo de los residentes de la zona.

Una charca natural protegida de la civilización

Los pocos turistas que llegan hasta este rincón de la costa norte de Gran Canaria, son aquellos que se atreven a salir de las rutas turísticas tradicionales para descubrir este paisaje agreste donde se esconden las piscinas de agua salada de Roque Prieto, un lugar donde el Atlántico domesticado deja entrever el fondo rocoso de este enclave escondido entre acantilados volcánicos.

Cuando el mar está en calma, Roque Prieto es una balsa de desconexión, un reducto donde el océano continúa reinando lejos de cualquier zona urbana.

Remanso de paz junto al fuerte oleaje en Gran Canaria

De fácil acceso, a través de un barranquillo asfaltado, las piscinas de Roque Prieto son ideales para disfrutar en familia porque cuentan con zonas de muy poca profundidad y otras de hasta tres metros, pero no se puede ignorar el mar bravo que golpea en esta zona de la isla.

Aunque las piscinas cuentan con muros y unos tubos cilíndricos que protegen a los bañistas, la experiencia gana en intensidad cuando las fuertes olas rompen contra las paredes de las piscinas, pero también aumenta la peligrosidad. Cuando sube la marea debes tener especial cuidado con las rocas que dan forma a la piscina y las fuerza del oleaje que supera los muros llenando el espacio destinado al baño.

Cómo llegar a las Piscinas de Roque Prieto

Esta piscina natural se encuentra junto a la Punta de Guanarteme en el municipio de Santa María de Guía en el norte de Gran Canaria. Su ubicación, lejos de la zona urbana del municipio, obliga a visitarla en vehículo propio o taxi puesto que no hay líneas de transporte público que recorran esta ruta.

Para llegar hasta allí hay que coger la carretera GC-2 desde Las Palmas de Gran Canaria y desviarse en la salida 22 hacia la localidad de la Atalaya por la vía GC-295 y tomar la primera salida en la siguiente rotonda.

Una vez en el barrio de La Atalaya hay que pasar la Iglesia y la plaza para tomar la carretera GC-2094 que lleva hasta la entrada de las piscinas de Roque Prieto. Allí entre descampados, alguna vivienda autofabricada y plantaciones de plátanos se encuentra este rincón alejado del mundo y en los alrededores suele haber aparcamiento disponible.

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