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De todas maneras, la marca alemana unió fuerzas con un diseñador sinónimo de estilo personalísimo para crear una colaboración de lo más especial. Así, Rick Owens se convierte en el encargado de añadir al calzado los elementos que marcan la diferencia. Como él explicó, su intención era intervenir las sandalias para convertirlas en algo más extravagante de una forma Birkenstock. Los nuevos detalles muestran un juego de texturas y medidas mientras mantienen la gama cromática de colores neutros como el negro y el gris, todo en la línea de las obras de Owens. El resultado son materiales con aspecto metalizado y aplicaciones de pelo, junto con hebillas acompañadas de tiras más largas o cierres de velcro. La practicidad sigue ahí y, basándose en la misma mediante la transformación de las partes originales del zapato, aparecen las nuevas ideas. No son aplicaciones meramente decorativas, sino la oportunidad de darle a aquello cómodo y necesario un toque que lo vuelva más excepcional.

Si el siglo XXI implantó una tendencia clave que marcaría el estilo de todas las demás, sin duda, fue la comodidad. Esta vez sin ningún tipo de connotación negativa a la hora de describir un look, lo práctico se ha convertido en ejemplo de vestir bien cuidando los detalles. No es extraño ver prendas prácticas en el street style que nacieron como respuesta a la necesidad de trabajar cómodamente, para que un vestuario complicado no entorpezca el ritmo frenético de un día en la ciudad. Contra todo pronóstico estas piezas han terminado alcanzando un nivel de culto fashionista, siendo un ejemplo claro las sandalias de Birkenstock. No necesitan mayor presentación que su propia comodidad, pero lo cierto es que las hebillas de este calzado han calado como elemento imprescindible de los looks de verano (y hasta con temperaturas menos calurosas gracias a su controvertida combinación con calcetines).

Photos credit: Owenscorp
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